A pesar de todas las campañas contra el tabaco, altos impuestos, prohibiciones de fumar en público y programas de sensibilización, aproximadamente una quinta parte de los jóvenes empiezan a fumar y se enganchan en el momento en que lleguen a 18 años. La denominacion de fumar es lo que les da esa característica rebelde que atrae a los adolescentes. Cuanto más les decimos a los jóvenes que no pueden fumar, más quieren. Nueve de cada 10 fumadores se enganchan a la edad de 21 años.
Fumar mata a 443.000 personas al año en los EE.UU. solamente. Sin nuevas estrategias radicales, la guerra contra el tabaco se hace más difícil para conseguir y mantener las tasas del consumo de tabaco por debajo del 20%.
Luego viene los Cigarrillos Electrónicos (o e-cigs o cigarrillos eléctricos para abreviar). La función de estos dispositivos es de calentar una solución de nicotina para poder convertirla en vapor. Los usuarios de esta comunidad llaman a esta actividad “Vapear” (Vaping en Ingles) y los miembros son llamados “Vapeadores” (Vapers).
¿Cuál es el propósito de mezclar el proceso de fumar con la alta tecnología? La respuesta es muy sencilla; más que nada es para deshacerse del humo que es la fuente del 99% de los daños causados por los cigarrillos convencionales. Algunos expertos creen que el uso regular de los cigarrillos electrónicos no es más dañino que 2 meses fumando cigarrillos convencionales. A pesar de esta dramática reducción en el daño, la entrega de nicotina del vapor del cigarrillo electrónico es comparable a la del humo del cigarrillo.
Pero existe un movimiento para desclasificar a los cigarrillos electrónicos. Muchos grupos antitabaco creen que el cigarrillo electrónico está usando una discrepancia en el sistema ya que viene siendo un producto de tabaco que se puede utilizar en zonas donde los cigarrillos convencionales han sido prohibidos y activos vendibles a menores de edad, debido a su peculiaridad de no ser oficialmente los productos de tabaco.
En general, tanto la industria como la comunidad que usa y promueve los cigarrillos electrónicos se han pronunciado en contra de la venta de cigarrillos electrónicos a menores de edad. Muchas empresas cuentan con verificación de la edad en sus sitios web, tiendas minoristas a menudo suelen prohibir que los adolescentes entren en su tiendas, y la mayoría de la comunidad apoya los esfuerzos a nivel estatal para prohibir legislativamente la venta de productos derivados de la nicotina a los adolescentes.
Esta actitud es tanto una cuestión moral para las partes interesadas de la industria, ya que es un esfuerzo para tener munición lejos de los defensores contra el tabaco que intentan reclamar la industria de la publicidad y que vende a menores de edad.